jueves, 8 de octubre de 2015

Un paseo por el Museo

En la felicidad del óleo, está la sábana del consuelo, de los mortales que vienen a decirnos, una palabra más alta, que nuestros propios sentimientos. Es la dura esperanza del que habita en una sala a oscuras, para ser descubierto por la nariz traviesa de un ángel en pleno vuelo. No temas por no ser descubierto por vuestra premura, no temas a la luz del día, no temas a tu misería blanca, que se anula en el combate de las armas pintadas. Dios hizo una especie de encuentro a lo eterno, en los cuerpos pintados al viento, cuyos pechos desnudos semejan a los mares que habita Neptuno. No temas nunca, ante la posibilidad alguna de ser escultura, porque tuya, es la talla de mi admirada mirada, en un tiempo que no escapa. Sal del lienzo y dale esperanzas a Neón con su fuego.

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