jueves, 2 de marzo de 2017

CINCO MUERTOS EN UN NOTICIERO

Cinco muertos en un noticiero,
cuatro varones de buena familia
y un negro, dispuestos en fila. Aún
calientes, se disponen los cuerpos 
de los cuatro jóvenes, para seguir 
protegiendo al que había sido su escudero.

Todavía se puede ver el peinado
ensangrentado de uno de ellos,
con su raya en medio, haciendo
la sangre de su cuello, que su moreno
se vea aún más bello.

Cartagena está de duelo. No le importa
al pueblo que los cadáveres tengan
sonrisa de satisfecho. Sus gentes lloran
la perdida, y sus familiares la ausencia
de futuros nietos.




Murieron por defender una causa, un amigo,
un testigo de las diferencias de razas. Los 
cuatro lucharon por el honor de la creencia
de un mundo mejor. Lucharon por un valor.


Primera página, nadie ríe, nadie calla,
todos lamentan tal hazaña. Caballeros
del siglo XXI en plena laza. Lanza de sueños
inculcados, de pensar que todo sirve para algo.

El negro, el más inocente, el más feliz, enseña
sus dientes a la cámara, con un gesto de una
primera vez relajado: "He conseguido que me
quieran, aunque de excusa sirva el navajazo."

Al mirarlos da ganas de unirse a ellos, porque
reflejan el entusiasmo aprendido de los buenos 
colegios de morir juntos, para lograr el ideal 
de que una vida, no sirve sino se cambia algo.

Sus bocas medio abiertas te invitan a beber
de ellas, o por lo menos a saciarlas, pues en
ellas hay más vida que en toda esta Tierra.
 Y es ahora  cuando te toca a ti elegir, entre 
saciar o beber, de esta ensangrentada hierra.



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