martes, 12 de enero de 2016

Sola empatía

Perdonen si no me publico,


Mierda, perdón, mierda ¡Ay! mierda otra vez, qué más da, si en mierda nos convertiremos para hacer fuerte a esta nuestra tierra. No quiero devaluar el término mierda, pero no mierda de sumidero, sino mierda de riqueza, de riqueza para nuestra fortaleza de presencia.

Mire usted, quiero ayudarle, quiero qué por un momento no se sienta sólo, quiero que se siente y me coja la mano por un instante, para subirnos al altar de una empatía fuera de la puerta giratoria de una vida establecida. Te tutearé, a tu servicio pues, y que esta empresa cotice en los valores del saber, por hacerte sentirte bien.

Notas cómo te soplo la sien, por favor que el sentimiento penetre en tu mente, de tal forma que sólo sientas que seguirás con vida si acarició tu piel por un instante.

!No! todavía no sueltes la mano, que ahora te acaricio el brazo que me pilla de camino para tocar tus labios, para que así, pueda yo hacerte decir, que una cosa es el diván del teatro y otra es la sensación de la efeméride de los pensamientos sobrecogidos, por el dolor de la divinidad y el provecho de lo auténtico.

Ahora te estoy mirando, dime que no te sonrojas, que te sientes como luna, estrella o mierda de abono de la rosas, dime que eres tan esencial, qué si no te miro yo ya no podría verte más. Eres tan extraño para mi vista, no te conozco, o tal vez sí, porque en mi sueños nacen las ramas de la libertad de movimiento hacia tu cuello, para que consigas girarlo de una vez por todas, a la ventana de la esperanza del bienestar. 

Quiero que no te sientas solo, y en mi reitero, explico mi afán de este funesto propósito de Año Nuevo. Funesto por no ser tan sincero, a la humilde morada de los aposentos miserables de la verdad. 

Ahora que ya no te sientes solo, quiero hacerte reír, que  no rugir, regir, regar o rogar ¡Sí, mírate pillín, pillina, pillastre, polluelo, polluela, pollo, polla... eh, no me seas pilluelo o pilluela y sigamos pues, otra vez con el recuento... gallina, pavo, conejo en mi espejo! ¡ay, qué me mareo! pues me ha dado un subidón de vientos. Cuchi, Cuchi, Ajó, Ajó, mi nené, mi nená, pero no creas que te dejaré darte mi pecho, qué una cosa es mi propósito y otra un desencuentro, que no digo yo que no pueda ser certero, pero incorrecto. Ah, Ah, qué asoma, qué ya la veo,  qué ya lo siento ese ligero movimiento de boca, muévela para que yo la maneje a mi antojo, y pueda pintar por primera vez un desnudo, pero que no sea de mi estampa, sino de tu sonrisa libre por tu alma, hasta que suene una carcajada.

!Eh! ten cuidado que el parto de una carcajada también hace contraer las nalgas. Cómo me gustaría oír tu sonido, para que la esponja de mi ave real se estire, para soltar todas sus aguas, que aunque verdes se tornen azules, para que puedas reírte en libertad. El rojo lo dejamos para las maletas de las piernas, no sea, que tengamos que correr, por ofender al seno de la piadosa santísima legitimidad.

Atento, atenta, qué quiero que me imagines bailando en una risotada, de la cuna del beso de un grial, como la criada tracia de Tales, en el que cada movimiento, se convierta en una ofrenda al aire, para que me acompañes en el sentimiento, de hacerte partícipe de un hazmerreír, perdiendo las vergüenzas y los miedos, para exiliarlos fuera de las urnas del voto del pensamiento gentil del pueblo. Qué mis movimientos alocados, fuera de control, rompiendo sábanas y motores de un sin propósito, sea tu próximo paso en este baile de cinturas y encuentros, y lograr, así, un éxito sin máscaras, la verdad más desnuda de la polar sinceridad: Qué la mierda, está presente hasta en las aguas rotas del plebiscito de la inmensidad más placentera, la de saber, que siempre me vas a tener, si me lees.



                                                                                                                                                             

Y ya mañana, si quieres, hablamos de Polonia, de mete manos en eventos y de la bajada del petróleo, Mary Poppins, y disfruta de esta canción por un momento, pues he querido darte mi abrazo más sincero Embraceable you




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