domingo, 17 de enero de 2016

Gramáticas de la temporalidad: Presente



"Cómo en el Cuento de Navidad, catorce artistas murcianos, nos muestran la vida dirigida por el tiempo"

GRAMÁTICAS DE LA TEMPORALIDAD: PRESENTE OTROS/ TIEMPOS ALTERADOS. MURCIA


Ya hemos recorrido las callejas del pasado, para tener en cuenta la experiencia, el teatro circo de lo acontecido, la disolución de momentos, interrogantes, comas, que nos hablan de futuro, al señalarnos lo que todavía no está construido para dejarse construir después, que las piedras se tornan maderas, que hay fantasmas de coherencias raídas por las circunstancias, que nos sirven de esperanzas. De la escasez de esencia por el no saber, por la miseria de nuestras almas, pero que se ve reforzada, por la inherente dignidad humana, porque es nuestra más elemental sustancia, lo más humano de la raza humana, cómo bálsamo de nuestros labios agrietados por la ignorancia, el paño de cura de nuestros recuerdos, de nuestros hechos.


"Se muestra la dureza de un presente subido al pedestal de lo radical, por no dejarse nunca materializar"

Wasting Time, Wasting Time: Tito Conesa


Esquivo literalmente un cadáver para acceder a su espacio. No digo que el cadáver no sea bonito, pero el instinto me lleva a la parte de atrás de la sala. La primera vez que accedo, me sorprendo, por lo sencillo del invento. He de buscar mi frecuencia mientras espero mi momento.

Te mueves por la sala hasta que encuentras la música, pero !para! qué todavía no has comprendido tu pasado cómo para saber lo que estás escuchando, por lo que la espera se puede convertir en tu condena. Pero durante este dulce momento de inconsciencia, la música me hace mella. Dejo que la melodía del contrabajo empuje a mis sueños a buscarla cuando dejo de escucharla. Disfruto cada segundo con lo bello, lo extraño, con la ruptura de ritmos, para pasar a una melodía más elevada, que hace que me sienta la protagonista de la pieza representada.

He ido al pasado y el vuelto. Esta vez sí que piso al muerto del suelo... la presura del momento ¡es el presente! ¡qué esperaban! Me meto de lleno, ya no hay ingenuidad qué valga. El contrabajo ya no me parece tan bello, sólo quiero encontrar la lógica que me lleve al destino del encuentro de mi momento. Ya no hay sueños, simplemente una estación, un aeropuerto, un metro, pero me niego, aprendo, busco en el pasado, y utilizo recursos para crear un tiempo.

Fito representa con tres melodías que se entrelazan, y que bailan al ritmo de una secuencia de números que aparecen en pantalla, lo absurdo de una espera, cuándo entablas una ida y vuelta en tu vida urbana cotidiana. Pero tened presente, que por la ocasión de una dilación en una estación, Fito a creado esta exposición.

La primera melodía juega con el ritmo de un reloj y las noticias. Tus segundos se vuelven números con una secuencia irregular no improvisada, quieres buscar una racionalidad que crea ansiedad, y en esta lucha perdida, te das cuenta que lo que cuenta es tu propio ritmo.

La segunda melodía, el contrabajo, es hermosa dentro de sus propias interrupciones, es cómo haber ganado un viaje sucesivo a la montaña rusa de los ritmos impuestos, son las esperas más hermosas, que se rompen con la llegada del momento, que ha estado en cuestión todo el tiempo, aunque sabes lo cierto de tu embarque hacia otro instante.

El tercero más sonido que polifonía, hace de la espera codificada en números antecedidos por la letra A, la de aguantar, supongo, aviones de una comitiva fúnebre,  desagradable trance de tiempo, perdiendo todo valor el trayecto.

Dialéctica homicida: María José Climent


Representa el crimen de A.F. inventado por la poesía, recortes de periódicos y perspectivas. Encuentras belleza en el horror, por haber sido testimonio de lo paradójico. Cómo en la música de la otra sala, todo se mezcla. La rabia contenida durante años, otra vez explota en tu ser, a través de la lectura de los sucesos de los artículos de prensa. La luz del faro del poema hace de las negras muertes, grises venus y verdes mariposas que cubren muertos, la realidad de un sistema. Pero cuando el faro se queda a oscuras todo es evidencia del presente muerto.

Lo sucio de la crónica negra de España se lava con la hermosura de las letras de los poemas, mezcla de pasado que mancha al presente, por no haber podido ser olvidado, para explicar que cualquiera puede llegar a asesinar. María José utiliza la arquitectura, tú ¿qué utilizarías? Su móvil es la ineficiente política del pasado que hace de la justicia una pistola de juguete.

Hipocresía de presente que juega con los colores inminentes, verdes grises y marrones.

Paradoja de presente que juega a ser al mismo tiempo el sicómoro del futuro. La fe, la rica tierra, la fuerza, la accesibilidad, la luz del Dios que nos limpia. Meditación, muerte, alegría, traición, luz, noche, riqueza, ayuda, una ilusión, un crimen, representación de mundo mejor, crónicas de muerte, tres hombres, un cadáver, plano XY, hombre-mujer, un silenciador, una navaja, una larga espera, un instante aciago. El faro alumbra. El faro no alumbra. El sicómoro sigue en pie, hay esperanza.

Recrea secuencialmente el crimen de A.F, cómo muestra de un absurdo. Una venus separada del homicidio de lo justo, por un eje de coordenadas, por una osa mayor, cómo fuente que nos ayuda a beber, rodeada de las hojas muertas del sicómoro, las verdes vivas forman las mariposas del muerto. Equinoccio del tiempo que nos toca, la venus mira al muerto expulsado de la realidad, en el pedestal de lo inmortal. La serenidad de la estatua es tal, que te invita a beber del agua que dejo en sed al ya iluso inexistente occiso.

Sustancia y soporte: Juan Sánchez


Juega con el ritmo de las dimensiones. A diferencia de las dos exposiciones anteriores, aquí si hay una regularidad, una geometría, una proporcionalidad. Figura de plásticos transparentes, cómo capas de realidades, de paraguas inversos.

Primera realidad: ya no te preocupa que llueva porque el agua se aprovecha.

Segunda realidad: el presente son gotas del pasado que se dejan caer para recogerlas después, cómo abono de la existencia más ausente porque va a ser presente. Agua caída en la composición del ser transparente, qué si no se usa, se estanca, ensuciando la pureza del alma.

Tercera realidad; parábolas convexas que sirven para formar otra tormenta, por dejar que se evapore el agua, y no toque tierra que haga crecer la arquitectura muerta.

Mutuaciones, transformaciones: Ramón Lez


Ramón nos muestra a través de un vídeo cómo utilizando el factor tiempo, se deshace una imagen perfectamente pintada con tinta en un trozo de hielo. El tiempo no es el propósito, lo verdaderamente importante es seducir  para colonizar a través de los trazados más bellos. Se sabe que no durara, pero qué reconfortante es el arte de conquistar, cómo un Pizarro más.

Nos muestra los efectos de un presente continuado: lo que era, lo que fue, lo que es y lo que será, formarán mezcla de presente y de pasado. La belleza se desvanece a través de cataratas, pero busca camino a través de su fuente.

Es la pureza de un elemento que se mancha para dejar huella del momento. Es la lucha de la esencia más pura  contra la vulgaridad de la arrogancia, aniquilándola. Pero en esta guerra, el helenismo termina siendo mezcla, perdiendo su dureza. Es el querer hacer nuestro lo puro, es manchar lo que no tiene mancha. No importa el tiempo, porque una vez desaparecido un trozo de hielo, se ha de conquistar otro, en el siguiente instante de tiempo.

Lente de diamante: Gil Munuera


Muestra la esencia de un elemento, la parte más elemental, la simplificada. No dejan de ser machas estudiadas para mis ojos, pero efectivamente te paras, quieres entenderlas, miras sus siluetas, al final adquieres paciencia para comprender el por qué de su existencia, la nanofísica tiene la respuesta.

El saber pararse para analizar, el saber buscar, el concretar, el observar, el perfilar, el saber elegir para continuar con el viaje.

Cuadros de manchas que te llevan al instante de un movimiento. Todo vale, todo tiene encuentro, para caminar por el verdadero sendero, dónde una gran sonrisa en un marco pequeño, sea el lucero.
Qué no Lucifer, pues me parece verlo en el cuadro más izquierdo, en un bosque, observando el baile de las sombras que se tornan personas en el contexto.

¿Y no hay más presente, qué el marco de un trazado en un momento dado?
















No hay comentarios:

Publicar un comentario