Naces, y sabes que tu límite diario es respirar.
Creces, y sabes que tu límite diario es caminar.
Te desarrollas, y sabes que tu limite diario es volar.
Mueres, y sabes que tu límite diario es comenzar.
Camino incierto, donde nace el encuentro,
entre el agua y los recuerdos.
Camino de esperanza donde nace la vida,
entre la riqueza y la maestranza.
Vuela el aire para demostrar que no cabe
rey y bufón en la corte, que no sirva de guillotina
para matar tu rutina.
Sostén mi mano, haz caminar a mis pies,
recuérdame respirar, hazme soñar...
Pero sobretodo, ayúdame a conseguir la paz.
Sólo así se puede amar.
Nacen dos esponjas, una verde y otra amarilla.
La verde se moja, se hincha, pero la presión la desinfla.
La amarilla se moja, deja pasar el agua. Su estado
no cambia. Se suaviza. Y con la presión calma sus heridas.
No cambia tu estado, si es el agua lo que te está matando.
Cambia tu esencia, si es el agua lo que te hace sentir
la esperada beneficencia.
Si me matas que sea con una sonrisa,
porque esa sonrisa hará que mis raíces
vuelvan a brotar.
Si me matas que sea con una gran complacencia,
porque eso hará que mi nueva vida,
valga la pena.
Si me matas que sea con una gran complacencia,
porque eso hará que mi nueva vida,
valga la pena.
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