lunes, 28 de marzo de 2016

Murcia, Azahar de Bienestar.

Bando de la Huerta 2016



La huerta de Murcia se cubre en el día del Bando con un manto verde,
para hacer honor a su Santa erde. La ciudad desprenderá el olor de sus mozas huertanas, para recibir con agrado a todos aquellos que nos quieran acompañar, en estas costumbres murcianas, azahar de nuestro bienestar.




Tan alto será el cantar de nuestra jota, que se podrá escuchar en cualquier lugar, contagiándose la alegría a todos aquellos que no nos puedan visitar.

La risas serán el himno más esperado, 
proclamando que Murcia existe, que es un buen pueblo al que le gusta estar acompañado de aquellas gentes, que hacen de él, su más fiel reflejo, por ser  ellas mismas, tierras fértiles, vestidas de un corazón sol bermejo.


jueves, 24 de marzo de 2016

Coraje, amor y la pasión de Jueves Santo

No hay nada más reconfortante que el abrazo que no va a ninguna parte.
No puedo meterme en las cabezas de los demás. Ni tampoco en su coraje. Es curiosa esta palabra. "Coraje". El coraje de claudicar para hacer lo correcto, nos mata y nos da a la misma vez vida. Es una lucha interior que se lleva inherentemente en nuestros adentros. Una espada de filo oxidado. Doble herida, la del arma y la de la enfermedad. Sin duda es una palabra con fuerza. Sólo pronunciarla te proporciona el vil acto de valentía ¿Vil? ...vale tía

La valentía, el coraje, la espuma, el puñal, el timbre de la sacudida de la rabia, que te lleva a actuar con cabeza después de leer muchas cartas que te sirven de pistas, para un final de un juego, cuya última casilla es la sensatez. Es curioso que esta palabra rime con tanta exactitud con "idiotez". La idiotez de la sensatez o la sensatez de la idiotez. Estas palabras se llevan bien, tal vez, porque en la inmediatez de nuestros actos, el sentido y el idioma forman parte de un entramado de conclusiones, que de vez en cuando podemos definir.

"Amor moro, amor mora para tus ojos de luna de plata,
que enciende velas con solamente mirarlas.
¡Tú lucero del alba! calle de esperanzas, llenas
con fuego lo más oculto de nuestras entrañas"

La palabra "amor" no se puede comentar, ni juzgar, ni dudar, ni ignorar. Solamente se puede cantar, bailar, abrazar, soñar, recitar. No cabe otra cosa que mirarlo y sacarlo a bailar el vals de la poesía: 

"El amor es mi amo cuando sostiene mi mano,
es mi sol cuando encoge mi pecho, 
es mi abrigo cuando cae el maltrecho rocío,
es mi ausencia de hastío cuando afuera hace frío."

La "pasión", la pasión de la vida, la pasión de la muerte, en tierras de Semana Santa. Encuentros de maderas cortadas inertes, de sangre, de incienso, de dolor, de Jueves Santo. Santa muerte de clavos y latigazos. Dios observándonos con los ojos guiñados,  espinas que se clavan en el alma de la humanidad. Una túnica, un hombre, una cruz, dos figuras que se abrazan. Ciento de personas esperando, cada uno reviviendo su propia pasión. Humo de emociones que surgen en el manantial de trompetas y tambores. Y no falta el fuego. Un fuego que nunca se apaga. Llama del corazón que por no conocer pecado concede con gratitud y abundancia el más ansiado perdón.







sábado, 19 de marzo de 2016

Padre yo quiero

Padre quiero mi Luna querida,
para que me de el pan de mi Santa vida.
Niña, yo te doy la Luna, pero a cambio
quiero tu lucero, que va a ser lo más bello,
que Dios haya podido engendrar en su camino,
a través de un amor, que con tu nacimiento se ha bendecido.




Padre quiero mi Sol valedor,
para que me de fuerzas en mi vida.
Niño, yo te doy el Sol, pero a cambio
quiero tu corazón, que va a ser lo más bello,
que Dios haya podido crear buscando mi destino,
a través de la ilusión de engendrar lo que más he querido.


Feliz día del Padre



IRÁN

EEUU Y RUSIA: EL DIVORCIO MÁS CARO DEL MUNDO



Tal vez porque la Semana Santa refleja en sí misma la crueldad y la divinidad humana, es época de echar un vistazo a un ombligo, generalmente oculto por los más bellos telajes de tierras cubiertas de sangre, como la cabeza de un Cristo antes de alzar su mirada, para visionar un nuevo mundo a la hora de contar su propio pasaje temporal.

Sé que hoy es un día diferente, no porque sea el Día del Padre, sino porque la Guerra de Siria se torna en una nueva bofetada realista a nuestras esperanzas. Cómo el cinéfilo que lee la cartelera de la semana, hoy he leído las noticias más relevantes de la mañana, como la del atentado en Estambul, el accidente de avión en Rusia...etc,  para llegar a la conclusión de que a Irán le va a ir mejor si adopta una buena posición, en la drástica decisión que se va a tomar tras lo que las grandes potencias llaman negociaciones, que van a suponer más muertos a cambio de poder disponer del campo santo de aquellos países, que estando fuera de la hegemonía del máximo poder, propicien por sus tierras un auténtico resucitamiento del progreso.



No es Siria, no es Turquía, no es Rusia, es un Irán el detonante de un nuevo motor que puede propulsar una solución distinta a la guerra, o tal vez el puente que necesita EEUU y Rusia para entablar directamente negociaciones sobre las diversas crisis que atentan a sus respectivas posiciones en este mundo tan "virable", y así poder salir de su propio bucle, que viene durando demasiado tiempo, que hace que los demás países sigan orbitando alrededor de él, con la esperanza de pillar algún tipo de "cacho". 

El progreso de Irán puede suponer el contagio de países próximos, que cansados de guerras estériles, que lo único que consiguen son las muertes de sus civiles, mientras otros aprovechan sus recursos, refuercen la posición de establecer puentes a dicho progreso, para que la obtención de estos recursos no se tengan que hacer, por lo menos, con la permuta de vidas, o con el horror de los refugiados.

Es difícil asimilar que el destino de los refugiados sirios haya sido, es y será provocado para, o, causa del posicionamiento de las grandes potencias, es decir, simplemente es un elemento más del juego de estrategias y de presiones que estas potencias están utilizando para hacerse con el dominio de aquellos recursos energéticos que propicien su absoluto poder, utilizando vilmente la sensibilidad del pueblo ignorante de esta realidad, que con gran esfuerzo intenta paliar, con los escasos recursos de que dispone, el dolor de estos refugiados. Esfuerzo no obstante inútil, hasta que todos los países implicados no obtengan las debidas rentas del bélico mercado del conflicto.

Así en el futuro, si todavía se sigue jugando al juego del Trivial, puede que tengamos que responder a la siguiente pregunta: "¿Qué país ganó con el drama de los refugiados sirios?" ...y tal vez, el iluminado que responda a la pregunta, piense para si mismo: "yo quiero ser como ese país", repitiéndose, año tras año, día tras día, las misma pasión de Cristo en su cruz, implorándole a su padre, que por favor, que la palabra Cristo sirva para algo más que para identificar los siglos de aquello que llamamos humanidad, de la cual parece que no van a formar parte los refugiados.










domingo, 13 de marzo de 2016

El sueño de cualquier poeta

El ensoñecer de un artista es su retrato del amanecer de cada día.




¿Puede un pintor pintarme dos siglos antes?
¿Puede un pintor sonrojarme por verme retratada,
sin saber él entonces, dentro de una ignorancia,
cuál es el aura de las ánimas vagando por las sombras,
hasta que se ven encarnadas en el alma del poeta,
que se muere cada vez que no sueña?

¿Qué alguien me explique tan alto misterio de los artistas?
Del reconocimiento y la visión de un retrato,
 aún cuando todavía no se ha muerto,
por no haber vuelto al mundo de los genios,
de allá, por mil ochocientos.

Mi alma goza, se estremece, retoza dentro de un cuerpo.
Nota el dolor de las fuerzas que sujetan la pasión de un escritor.
Quiere salir de su estola, para contemplar el lienzo
del beso de un ángel, que susurra a todos los observantes,
los misterios de la inspiración, cuando el artista ensoñece
para engendrar una autentica visión.

El sueño del poeta
Cézanne




viernes, 11 de marzo de 2016

Once marzo de 2004

Nada puede hacerte sospechar que una vida se pueda escapar,
entre vagones, vías, religiones, elecciones y decisiones.
Números familiares y cotidianos que pueden pasar desapercibidos 
por todos: un 193, un 1.400, las 07:20, un 11/03/2004, un 10.

Números que representan la transición histórica de vidas rotas.
Números que huelen a sangre, a miedo, a humo, a la barbarie.

Agacho la cabeza. Todos somos culpables. Culpables
de no sentir, de no exigir, de no esperar, de permitir, de ser ignorantes.
No puedo sino más que susurrar al vacío silencio pequeñas canciones,
para enfrentarme al viento, que cruel se empecina cada cierto tiempo en 
repetir un día de más de cien muertos.



Imploro a lo implorable, beso a lo que odio, para conseguir un pequeño instante
de hiel fría y de fuerzas termas, que me permitan arrodillarme y pedir
perdón, por no sentir el subir, un once de marzo de 2004, a un vagón con
destino a cualquier panteón.

Perdón.



miércoles, 9 de marzo de 2016

La crisis de las palomas mensajeras

Salgo del coche para dirigirme al Paseo de la Castellana, mientras me encuentro con Pepa.



--Hola Pepa, dos besos. Discúlpame pero no puedo hablar contigo ahora. He quedado con mi jefe. Me ha dicho que he conseguido un escaño en el callejón de abajo, para poder debatir con las palomas sobre la crisis de los refugiados de las redes sociales. Allí nos juntamos ellas y yo cada viernes. Van hacer una huelga ¿lo sabías? Ellas siempre se han considerado  muy valiosas para enviar mensajes, sobretodo en épocas de guerras. Pero ahora chica, con la crisis, por las nuevas tecnologías, les han hecho un ERE de bancos, y se las están cargando, con la excusa de que tienen no sé qué enfermedad. Pero a mí Pepa, no se me va de la cabeza, que se las cargan porque todavía les hacen competencia a las redes sociales. Ya sabes el miedo...

Sigo caminando hacia el callejón con la única intención de hacer uso de mi escaño, Pepa insiste en acompañarme, un rato más. Pero al intentar acceder al callejón, aparece un niño con una brocha en la mano. Al principio no lo reconozco, pero después me doy cuenta que es el mismo niño que me lleva persiguiendo desde hace unos cuantos años. --¡Pero otra vez el niño del cuarto de kilo!-- le suspiro a Pepa.


--¡Niño deja la brocha, qué  ya me has pintado otra cana en este lado de la cara!-- Le grito al niño del "cuarto de kilo" que nos es otro que el de mi conciencia, cuando no me permite comer, por decirme que mi trasero ya compone el kilo entero.
 --Es borde el niño éste--, le digo a Pepa. --La cana de la semana pasada la pintó el chaval con una tiza que se encontró en la calle. Estaba yo tranquilamente tomando un café, cuándo de repente noto cómo alguien me arranca un trozo de mi mejor instante,  para quedarse con el hilo de vida más interesante, de esa alfombra que adorna mi cabeza. ¡Pero es que no se da cuenta, que el dibujo de mi telar cada vez se difumina más! El caso, Pepa, ahora que lo pienso, es que siempre sucede esto cuándo hago lo que no quiero. Y ¡claro!  por lo que se ve, el niño que llevo dentro se enfada... Coge cada mosqueo...por lo que se venga dejándome blanca.
--¡Míralo, Pepa, que no me deja en paz!-- exclamo mientras me dispongo a subir las escaleras del callejón.
--La semana que viene... voy a ser más lista que este chico, así que me iré a un spa,  porque allí seguro que no se va a atrever a entrar...


El callejón es estrecho y largo, adoquinado en rojo, como una lengua de oso. A mitad del mismo se encumbran unas escaleras hacia el cielo del techo del primero. Allí sigue su paseo el callejón, para tomarse después en el tercero,  su café de encuentros. Mi jefe me llama y me dice que no puede venir. La llamada se corta.

Subo las escaleras, y en plena escalada se cruza una adolescente. Se cruza justo en ese mismo momento, que siempre se repite en cada uno de mis ascensos, cuando el pensamiento, animado por la banda sonora del cinco, te juega la mala pasada, de llamar a la ventana del recuerdo, para decirte, que a la izquierda de cinco rellanos más abajo existe un ascensor, que es más rápido que tus contoneos de piernas y brazos, desapercibidos por cualquier extraño, cómo genio cruel que al principio te concede el deseo del esfuerzo, para después decirte:
--lo siento, pero es que ¿todavía crees "mujer de pelo en pecho" qué porqué subas cinco tramos de escaleras vas alcanzar la meta de obtener la figura de las náyades sin tener a una gimnasia a tu vera? --¡Anda y tira para arriba!-- -me sigue hablando el pensamiento- qué algo haremos con tu cuerpo. Pero esto lo hago porque eres tú, ¡ah! y ya sabes que me debes siete horas de sueño.

Al principio me extraño ante el encuentro, pues la cara de la adolescente me es familiar. Se me antoja un cuadro de Velázquez, tan bello pero tan oscuro al mismo tiempo. La miro, le susurro un ¡Hola, qué tal!. Ella me responde:  --no la conozco señora, no haga esfuerzos, mejor guárdese "el hola" para sus nietos--
--¿Qué graciosa?-- pienso. Al girar su cabeza para hablar descubre por primera vez su rostro. Se me antoja una imagen difusa de una chica que juega a ser grande, mientras que su madre le quita parte de la paga, que su abuela le proporciona los fines de semana, para poder hacer frente a los gastos de maquillaje, para que la niña avance sin más tretas, que la de sus tetas. Aunque lo intento no  puedo guardar silencio ante tal equipamiento de viaje que me ha proporcionado su aspaviento. Le digo con voz suave: --gracias niña, por el consejo, pero todavía no rozo los cuarenta, así que por ahora dejemos de mencionar a los nietos, si no te importa-- Mientras le hablo no le quito ojo, pues con tanta pintura, ya no distingo su rostro de la camiseta. --Señora ¿por qué me mira las tetas?--   -Efectivamente le estaba hablando a la camiseta, y yo sin darme cuenta-
--Lo siento chica, es que ya se sabe, con la edad que tengo, mi vista se pierde por momentos --
--Pero, chiquilla ¿eso que llevas es un colchón? Le pregunto.
--No señora, es un condón, con una almohada de regalo. Me responde.

Me asombro y pienso: pero ¿cómo estoy yo para confundir algo así? ¿a qué me quitan el escaño?

--Te vuelvo a pedir perdón, pero es que se me antojó, no sé por qué... lo del colchón-- Al decirle esto noto como la voz se me transforma en una canción de ratón de dibujos de animados.
--Usted sabrá. Pero yo de usted, llevaría cuidado con lo que hago. Ya sabe señora, que no está bien que una adolescente le de consejos de cómo quitarse "un corsé" a una mujer de cuarenta.--



El cólera hace su aparición, se apodera de mí al darme cuenta que en la batalla de las cien palabras, la mocosa me ha ganado. Noto que mi pecho deja de respirar por una extraña presión, pero me produce una grata satisfacción, porque por primera vez noto el aplauso de mi conciencia victoriosa ante el concurso de la opresión.

Por fin llego al final del callejón y hago uso del escaño. Me siento en él. Es una caja de cartón que juega a ser un balcón. Estoy cómoda y disfruto yo sola --¡Es divertido debatir sola!-- pienso, --fijo que gano la investidura--. Mi cara se alegra ¡Qué bello futuro me espera! A todo esto aparecen las palomas... y les digo:

--¿Hola, cómo va el tema de la huelga?--
--Nada chica, que nos vamos a Turquía. Qué la Merkel nos ha contratado para llevarles mensajes a los refugiados de las redes sociales. No se lo digas a nadie, pero ella dice que nos contrata porque ya no se fía de las tecnologías, y menos de los americanos. Por cierto, nos llevamos tu escaño.
-- ¿Y eso?-- Les respondo con cara de pena.
-- Pues para dárselo a la Merkel. Ya sabes quién no pacta... se queda sin silla-- --Cu, cu, curucucu-- se ríen las palomas.
--¡No es justo!-- Exclamo
--¿Y por qué no has pactado? Me responden.
--No me ha dado tiempo, os estaba esperando.
--Pues vete a Estrasburgo. Seguro que allí encuentras a alguien, por lo menos, a uno de Burgos. Nos tenemos que ir, que nos pagan por horas--
--!Adiós!-- Suspiro, mientras ellas se despiden de mí dándome unos piquitos en la nariz.

Salgo de ese callejón, y me percato por primera vez, que la Calle Mayor de mi pueblo, no es el Paseo de la Castellana. Pero mi ceguera no desaparece, porque intento ocultarla con otras aves que vienen.

Y esta es la historia de cómo se puede confundir la Moncloa de Madrid con un jardín de palomas.




miércoles, 2 de marzo de 2016

Trece rayos

Montañas que se alejan de la tierra.
Piedras grabadas que soplan para 
quedarse donde están.

El Gran Lago de Nicaragua
Tiempo y espacio se confunden,
para corregir el rumbo del cielo.
Nada parece lo que es, tan solo el ser.

La quietud hace presencia. Un árbol
que moja la esencia de una meta
que se aleja de las horas y la arena.

Un río de escarchas hojas que brotan,
en el fondo de una legua. 
Los humanos en medio, sin tener ni idea,
de los trece rayos que conquistaron nuestro planeta.




martes, 1 de marzo de 2016

Diario de una naufraga de Whatsapp



01.03.2016

Llevo sin Whatsapp dos días, mi piel todavía no ha sufrido transformaciones, mi personalidad ha experimentado una pequeña, muy leve ansiedad. Me siento integrada en la sociedad aunque no sé por cuánto tiempo.