Añade y quita, mira y calla, otorga y envaina,
que la alegría hace paso a la desgracia.
Busca, mira, toca, sopla y levanta,
que los peces hacen piernas para buscar la tormenta,
que cesará si no la llegas a encontrar, pues de ella
depende nuestro enojar, que tal vez mañana nos llegue a salvar.
Mira lo que pasa, es tu hambre de sangre callada,
es tu sonrisa de penas al alba, que nacen en esta mirada.
Pero escucha el eco del silencio en la primavera
que todavía otorga lejana esencia, que la poesía
reclama tu presencia para que nunca dejes de saber
lo que un alma puede llegar a perder.
Para que nadie salga de mi vida, es preciso entender que la suma no hace a la resta.
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