Me subo, me bajo, nací de un árbol.
Me acuesto, juego, soy un niño, o tal vez, niña en crecimiento.
Me he muerto, para reencarnarme en viento.
Voy detrás de ti, me gusta alzar el vuelo.
Te sigo, te persigo, y morirás conmigo.
Te quiero, te adoro, te acojo en mi seno.
Puedo decidir por ti, hago que rías y que llores,
Te elijo entre todas las flores,
pero haré de ti lo que se me antoje.
Morí siendo niño o niña,
no tengo culpa de mi desventura,
pero me hice vivir en ti, para mi resurgir.
De mi depende tu senda de cristal,
de mi depende que no mueras tras un ventanal,
porque te doy la vida si quiero conseguirla.
Soy un lazo rojo, soy una esperanza verde,
soy el amor que das en primavera, soy manzano
si quiero que me quieras.
Puedo encontrar el amor que esperas,
puedo hacer que mueras,
puedo darte esa paz que tanto anhelas.
Sigo jugando en ti, porque un niño o niña fui.
Sigo jugando en ti, a través de las tonterías
que te hago fingir.
Seré tu padre y tu madre, cuando huérfana quedes.
Seré el espíritu que siembra el viento de tu marea.
Seré, porque soy el alma que nunca aprecias, por
estar contigo siempre sin que tú te des cuenta.
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