Cielo, tierra y aire en una sola esfinge de lana.
Coloca el arma de manera inapropiada, para que
todo el mundo sepa de tus colores en la pincelada.
El rompecabezas trata de rendir homenaje este año,
a la sátira de la cubierta más abierta. Pero tú no te rías,
ni de la Bruja brisa, pues ciñe su espejo al tesón de su cuerpo.
Cuando cante el gallo tres veces, no huyas, espera.
Espera a que la mañana templada te de los buenos días,
y tú solamente tengas que esperar, la espalda de una
libreta mojada, al tesón de tu cuerpo envuelto de sueños.
No caigas en el error de ser un discípulo de las letras inacabadas,
porque en la tierra eso no se tiene en cuenta, sólo la piedra en
forma de calavera, que juega con la primavera del invierno,
para convertirse en cuerpo de mujer, en la que esculpir el zermo.
La estenosis de un cigarrillo, de un velo, de un reto,
será el juego de los niños en invierno, con luces de colores, y
veletas al viento. El sudor calmará su sed por un momento
de sondeo, de políticas inciertas y de televisiones en abierto.
La rama del olivo estridente cae al suelo, y se deposita cerca
del basurero, para que la paloma la recoja y la vuelva alzar
al viento. Y no importa que no broten hojas verdes, porque
en el esfuerzo de la paloma está todo el brote sincero.
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