Una palmera negra espera un parto en sus raíces. Todos callan mientras Somalia rompe aguas. La hembra ya a abierto sus piernas. Los rayos de la luna clara penetran para alumbrar la nueva llegada. La roca húmeda le quita el sudor de su espalda mojada. El primer gemido, el primer duelo del vientre, por saber que va a perder todo un continente. Somalia calla, y espera al siguiente duelo, entre sus entrañas y el cielo. La luna ríe. Enseguida tendrá un nuevo engendro, para iluminar en las noches de viento. El tercer esfuerzo es, para ver nacer la cabeza de un nuevo pueblo. El cuarto necesita de la asistencia de un médico, porque significa la muerte de la gesta, que ocupaba la vida de sus adentros. Sin fronteras, llega el quinto sobresalto, con un llanto que rompe el engaño del placebo. El hambre y el dolor cubren el hueco, hasta que el sexto acompañado de sangre sacan a un nuevo pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario